Dieta hipocalórica, pero no en exceso.

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Siempre hemos sido contrarios a esta práctica tan común de publicar dietas estándar que utilice la gente de manera general e indiscriminada, pero aclarando que esto solo sirva de idea y referencia, para adaptarla a las necesidades particulares correspondientes de cada individuo, bienvenido sea.

Atención, evitar realizar este tipo de dietas de manera continuada, para evitar adaptaciones de nuestro metabolismo.

Después de tanto preámbulo presentamos, esta dieta con bajo contenido de calorías, pero que de todos modos satisface la necesidad de grasas por parte del organismo. La dieta resulta adecuada para una mujer de 35 años, de estatura media, que hace un trabajo intelectual, y practica deporte, aunque no a nivel de competición, a partir de ella trabajaremos la nuestra propia.

Desayuno

Una taza de leche desnatada con cereales de maíz, trigo, preferiblemente integrales y poco azucarados o bien con un biscote (de pan integral o de pan de 5 cereales) untado con una cucharadita de mermelada.

10 horas

Un yogur desnatado o una taza de té con limón o una taza de leche desnatada.

Una hora antes de comer

200 g. de fruta de temporada.

Comida

Ensalada de verduras de temporada aliñada con una cucharadita de aceite, zumo de limón o vinagre de sidra o manzana.
70 g. (crudos) de pasta integral con tomate, albahaca y una cucharada de aceite extravirgen de oliva. O pasta con ajo, aceite y guindilla, pasta con bróculi, o arroz con verduras.



17 horas

Un yogur desnatado


Cena

300 g. de verdura cocina aliñada con una cucharadita de aceite y zumo de limón;
100 g. de rosbif, sustituibles por igual cantidad de ternera al horno, de conejo en cazuela o de hígado encebollado o hígado con salvia (salteado con una cucharada de aceite y salvia) o de queso fresco aderezado con miel de acacia.
En días alternos sustituir la carne por 120 g. de rodaballo al horno, merluza al vapor con aceite (una cucharadita), perejil y limón, lubina a la plancha, durada o merluza en papillote.

ATENCIÓN:

Durante toda la dieta beber sólo agua, evitando tanto las bebidas alcohólicas como los refrescos con gas y azúcar.
Restringir el uso de pan tanto fuera de las comidas y durante estas.
Escoger sólo cereales, pasta y arroz integrales.
Entre las verduras, incluir a menudo legumbres como alubias, habas, garbanzos y lentejas. Servir las verduras crudas con la hoja entera y evitar triturar las cocidas. Consumir mucha fruta y verdura de color amarillo, mandarinas, naranjas, calabaza, zanahorias, etc.
En el desayuno consumir sólo mermeladas sin aditivos.