La Carrera de la Batalla en Vitoria

24 de junio - Running

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Con el pretexto de llegar a Portugal, se produjo una ocupación francesa sobre las principales villas españolas que duraría de 1808 hasta 1814. Tras los levantamientos populares del 2 de mayo de 1808 en Madrid o los Sitios de Zaragoza, el ánimo del conjunto de la nación -que no consentía estar bajo dominio extranjero ni bajo un Rey impuesto- hizo el resto. Una vez creadas las Cortes de Cádiz, habiendo elaborado la Constitución de 1812, y logrando las primeras victorias en importantes villas como Bailén, un reconstruido pero aún débil ejército español con el vital apoyo de guerrillas españolas lanzó un fuerte contraataque obligado a la Grande Armée a replegarse al Norte del río Ebro. Aquí es cuando nuestra ciudad cobró todo el protagonismo. Los ejércitos aliados, compuestos entre otros por ingleses, portugueses y españoles, se preparaban bajo las órdenes del Duque de Wellington para la batalla final. España y toda Europa estaban expectantes.

 Vitoria y Álava serían el escenario. El mismo José I, hermano de Napoleón y Rey de España por deseo de éste, trajo su corte a la capital alavesa y aquí resistieron sus esperanzas de retomar posiciones y volver a controlar el país. No fue así. El frente ruso dividió el esfuerzo galo y las guerrillas alavesas dañaron mucho las defensas napoleónicas que estaban en la ciudad. Fueron muchos los vitorianos que se levantaron en armas sabiendo que quien comandaba las tropas españolas que entraban en la ciudad era su querido Don Miguel Ricardo de Álava y Esquivel, el General Álava, que venía triunfante tras cosechar grandes victorias en diferentes puntos de la península. El 21 de junio de 1813, las ansias de libertad frente al invasor francés hicieron crecer el ánimo de los vitorianos  y del resto de compatriotas al ver que el final de la ocupación se acercaba. Tras duras cargas, con miles de bajas en ambos bandos, el ejército napoleónico, encabezado por José I, abandonó la ciudad dirección a Francia, llevándose consigo joyas y  diverso patrimonio nacional. El General Álava cumplió con su deber como buen alavés al proteger ese patrimonio y evitar su saqueo por parte de franceses e ingleses. Tras la huida, los vitorianos celebraron durante varios días la victoria aliada y la vuelta a la soberanía nacional. Al enterarse en otras ciudades españolas, el júbilo fue muy grande, tal y como narran las crónicas. La pequeña y desconocida ciudad alavesa entró en la historia de Europa de manera heroica. Por todo el continente se escuchaba y elogiaba el nombre de Vitoria como la tumba del Imperio napoleónico. 

El mismo Beethoven escribió una pieza en honor a esta batalla. La pérdida de la ciudad forzó a Napoleón a devolver la corona del país a Fernando VII. Tras ello, Napoleón sentenció con abatimiento: “Esta maldita Guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia. Todas las circunstancias de mis desastres se relacionan con este nudo fatal: destruyó mi autoridad moral en Europa y complicó mis dificultades… esta maldita guerra me ha perdido”.  En  recuerdo y homenaje a quienes lucharon en ella, Fernando VII creó en 1815 la condecoración especial a La Batalla de Vitoria. Para el primer centenario se levantó el actual monumento que preside la Plaza de la Virgen Blanca -sufragado por las Cortes Españolas a petición de las autoridades y pueblo de Vitoria- emblema gasteiztarra y símbolo permanente de lo que sucedió en nuestra ciudad doscientos años atrás. En él podemos leer: "21 de junio de 1813. A la Batalla de Vitoria. A la independencia de España".

Fecha: lunes 24 de junio de 2013 (festivo en Vitoria-Gasteiz)
Hora: 10 h.
Distancia: 7 km.
Salida: Mendizorrotza (pza. Amadeo García de Salazar)
Meta: pza. Viregn Blanca
Entrega de dorsales: planta de deportes de El Corte Inglés de Vitoria-Gasteiz.
- Viernes 21 de junio (de 12 a 14 y de 16 a 20 h.)
- Sábado 22 de junio (de 12 a 14 y de 16 a 20 h.)

+ INFO: www.aclolek.es